miércoles, 9 de noviembre de 2011

Un día casual


Solo tengo 21 años.

Eso pensó Ely, al verse a sí misma, todo le daba vueltas, mucha sangre veía en el piso y a unos metros tendido su cuerpo estaba, Sara con sus manos detenía la hemorragia.
¿Qué paso?, ¿Por qué lo hizo?, esas preguntas le atormentaban, pero no podía gritar, no hablaba, no articulaba ninguna palabra, estaba muda, sin reacción. La gente comenzó a acercarse, a lo lejos aquella fiesta donde se encontraba minutos antes se acabó, hasta ahí llego el murmuro de ese accidente, en ese momento aquellas personas que se encontraba en el lugar corrieron a su encuentro. Desconcertados comenzaron a preguntar como paso todo, Sara no quiso responder, ella tampoco lo sabía, solo esperaba por la ambulancia, conocía perfecto las consecuencias de esto si no se atendía a tiempo.

Era una tarde perfecta de Junio, con esos calores abundantes que se prestan para llevar ropa fresca, Ely no quería ir a esa fiesta, no se sentía cómoda de volver a relacionarse con aquellas personas que enterró un año atrás, no es que fueran o no agradables, no eran parte de su mundo, sino el de ella, y para olvidarla, tenía que alejar todo, así es como de un día a otro los borro de cualquier medio, así es como dejo de comunicarse y excepto por algunos que el tiempo devolvió, la gran mayoría aun no pertenecía a su mundo, por lo tanto no quería, ni deseaba dejarlos entrar de una vez, a pesar de llevar más de 4 meses intentando relacionarse con Diana.

Su actitud durante el tiempo que volvió a ella fue de constantes intentos, Diana conocía perfecto que ya no le creían, que sus hechos iban a hablar por ella, pero durante esas semanas no hubo decepciones, disgustos por personalidades diferentes, pero nada alarmante. Ese día llego con dos sudaderas iguales, Ely le había comentado días atrás su fascinación por los doramas*, que en ellos las parejas a veces solían llevar las mismas prendas, al parecer Diana no lo olvido, así que la sorprendió de esa forma, además de que ahora eran de la misma medida, ya que desde el año pasado El (abreviado de Ely) se aplicó con el ejercicio, bajo los kilos suficientes y de forma coincidente, la talla de ropa resulto la misma. No eran novias, pero Diana no quiso que ese hecho le impidiera tener aquel detalle.

Ya tenía planes para ese sábado, los modifico porque ya se había hecho mucho del rogar y era turno de ceder un poco. Diana llego por ella hasta su casa, El vive muy lejos pero eso no le importó, no le importaba desde hacía tiempo, todo lo que buscaba era convencerla de que era capaz de todo por ella, como Ely lo hizo hacía ya muchos meses atrás, así que estaciono el Jetta negro 2005, en la puerta de ese zaguán negro, se bajó y procedió a tocar la puerta.

Como era una fiesta común, donde alguien presta la casa, se reúnen los amigos, compran bebida y alguien lleva la música, no era necesaria una vestimenta formal, así que tanto Diana como Ely se arreglaron de forma tal que no perdieran su feminidad pero tampoco su comodidad. Diana ya había visto a El muy arreglada, fue cuando se dio cuenta de lo mucho que cambio, ya que se arreglaba el cabello de distintas formas, se maquillaba, usaba zapatos de vestir más que tenis, faldas más que pantalones entre otras cosas. La fiesta no ameritaba tanta feminidad así que ambas lucían pantalones de mezclilla, El usaba una blusa de botones que lucía coqueta con unos zapatos color rojo, Diana una blusa lisa con unos zapatos color azul, se vieron, se dieron el respectivo beso en la mejilla y Diana amablemente corrió a abrirle la puerta del coche después ella entro y se fueron de la casa de Ely.

Camino a la fiesta, que sería cerca de donde cursaron el CCH, iban platicando acerca de cómo les iba, ya que ambas se decidieron a trabajar esas vacaciones, el tiempo para verse era reducido, así como las pláticas de esos sucesos que acontecían día con día, ponerse al corriente de esos hechos resultaba de suma importancia, sobre todo de Diana que no deseaba perder detalle de lo que sucedía en la vida de El; en medio de la conversación se escuchaba la música del estéreo, Zoé de fondo, como estaban las ventanas abiertas resonaba el ruido de los coches que pasaban, pero todo ello no impedía que aquellas jóvenes disfrutaran el relato de sus aventuras diarias.
En medio de las palabras Ely por fin expresó su preocupación con respecto al reencuentro con todas esas personas que un tiempo atrás alejo, Diana la miro momentáneamente, suspiro y comento:

-No debes preocuparte mucho por eso-
-Volverlos a mirar significa muchas cosas-
- El pasado te atormenta-
-No, no lo hace, todos me caen bien, es el presente quien me persigue-
- ¿De qué me hablas?-
- De que hace unos meses salí con una de ellas-
Entonces el carro se movió levemente, Diana volvió a mirarla, pero ahora con desconcierto, sin más volvió a hablar:
-¿Cómo es eso que dijiste?; ¿Con quién?
-Sí, salí con una de ellas, por dos meses-
-Dime por favor quien fue- aunque el tono de voz resulto un poco alterado
-Fue con Adriana, salimos, pero no se dio más que un simple coqueteo-
Aun no llegaban al lugar, cuando el Jetta se estaciono cerca de una tienda, ya faltaba muy poco para arribar al sitio pero Diana decidió estacionarse momentáneamente, como también a extenderse en la conversación:
-No sabía que aquello sucedió-
-No tienes por qué saberlo todo, solo paso y ya-
-Es que yo si supe que Adriana salía con alguien, la vi muy emocionada, muy feliz, pero nunca quiso decir quién era esa persona, aunque siempre pregunto si era malo salir con las ex de las demás-
- No sé qué tan importante fue, pero yo considero que no, porque me cambio por su antigua novia, ese fue el motivo por el cual ya no salimos más-
-¿La quieres?- Aunque la pregunta sonó de forma despectiva
-Sí, como amiga, solamente-
- si te pide otra oportunidad… ¿Se la darías?- el nerviosismo salía por esas palabras
-No, esas cosas no se hacen y estamos mejor así.-

La calma volvió en la mirada de Diana, arranco una vez más el carro y a los 5 minutos ya estaban llegando a la casa de Camila, una chica que juega en el mismo equipo de Diana. Al ver a Ely entrar corrió hacia ella,  ya hacía algún tiempo que no la veía, alegro el ambiente, esa era la huella que dejaba Ely en quienes conocía, sentirse bien con su presencia. Adriana ya se encontraba en el lugar, al igual que Ana, Marisol, Dalia, Brenda y Andrea. Estaban esperando a muchas más personas, ya que esa reunión era con ambos equipos en los que Diana participaba, Ely miraba alrededor, lo de siempre, algunas botellas, botana y cosas deportivas, un mundo en el que definitivamente no empataba, pero por alguna extraña razón se encontraba una vez más ahí.

El silencio casi imperceptible asomaba su cabeza de vez en vez, aunque parecía que había mucho por conversar nadie se atrevía a preguntarle cosas a El, sobre todo porque sabían que era involucrar situaciones del pasado, pero fue Adriana quien decidió comenzar el ruido.
-¿Cómo te va El?
-Bien, ya sabes tarea, cambios de horario, esas cosas raras-. Contestó
- Hace ya días que no conversamos, ¿Pediste la beca para Enero?-
-Sí claro, quiero irme a China por un mes, me interesa tanto, el jueves metí la solicitud completa-
Diana no tenía ni la menor idea acerca de ello, miro desconcertada a El, pero ella no la miraba, seguía concentrada en aquella conversación
-Espero si te la otorguen, cambiando de tema, te ves bien en tu avatar de twitter-
-Vaya que lo notaste, pues casi no lo usas, es una foto antigua, de cuando fui a Playa del Carmen, me encanta mucho como me veo-
-Luces radiante, pero ahora luces aún mejor- Soltó Adriana con entusiasmo
-Gracias por los halagos-  
Después de la breve conversación, decidió ir a la cocina en busca de un vaso, vio el vodka en la mesa quería un poco, atrás de ella fue Diana, pero no prestó atención, solo quería deshacerse de la incomodidad que comenzaba a circular su ambiente.
-Hay tantas cosas que no sé de ti- Soltó Diana
-No me siento tan familiarizada contigo para compartirlas- Contestó distraídamente El, seguía buscando su vaso.

Ya no sé dijo más, al fin El había encontrado el vaso perfecto, se dirigió a la mesa se sirvió un poco de vodka y cerca estaba el jugo de arándano, así que lo mezclo. En la casa se escuchaba un ruido eléctrico, canciones conocidas por todos y coreadas por nadie, miradas perdidas. Dalia no dejaba de mirar a Diana, como siempre y a pesar de su relación con Brenda, su gusto hacia ella no cambio, El se percató de eso, pero no le tomo importancia, para ella todo lo concerniente al pasado estaba ahí en el pasado, aunque en ese momento se preguntaba porque volvía a ese lugar. 

Quizá parte de ella deseaba volver, probablemente no lo abandono del todo, ya que le causo días felices, realmente se enamoró, pero el dolor fue tan grande que suprimió bastantes recuerdos alegres de esos 20 meses al lado de Diana.  La fiesta siguió su curso, gente llegaba a minutos próximos, saludos de aquí y de allá, la sola presencia de Ely cambio la rutina de aquellas reuniones, preguntas de su vida académica, de los deportes, de la familia, de los amigos, pero nada acerca de la situación amorosa aunque era más por evitar una situación incómoda que por no enterarse de aquello.

Durante más de media hora, se escucharon risas, pláticas, música, un ambiente ameno, Ely comenzó a disfrutarlo, nada desastroso pasaba por esa fiesta, se desenvolvió con esa naturalidad que la caracteriza, empezó a ser aquella que ellos conocían, claro con más fuerza para sobrellevar las bromas, las indiscreciones y las indirectas.

Llegó ese momento de todas las reuniones donde se decide poner música para bailar, a El le encanta moverse al ritmo de salsa y como la primera canción fue “Yo no sé mañana” no lo dudo y tan natural se acercó a Dania para pedirle como en aquel pasado, que bailasen juntas. La atmosfera se llenó de incesantes cuchicheos pero eso no impidió a la joven pareja disfrutar de un encuentro danzante que las remonto a tan buenos recuerdos; una sensación de lepidópteros volando dentro de su estómago hizo dar cuenta que había recibido un beso de Diana; se dejó llevar, que más daba, las circunstancias eran distintas al pasado, se sentía feliz. Después de lo sucedido, la cercanía fluyo entre ambas, parecía que el tiempo no había pasado sobre el sentimiento de ellas, que lo maduro, fortaleció, lo volvió más seguro, pero que jamás las separo, como la confirmación de un destino, de aquello que en verdad fue amor volverá a ti.



Si no aprecias lo que tienes, desaparece. Así fue como lo comprendió Diana, todo paso tan rápido, la pelea, el golpe, la forma en que corrió, cuando salió de la casa, cuando la vio con Sara, cuando lloro, cuando usaba esa sudadera, cuando le grito, cuando la aventó, cuando se alejó y sobre todo cuando el coche la arrollo.

Hace no más de 15 minutos que las manos de El estaban en la espalda de Diana, disfrutando la soledad de ese cuarto, recorriendo caminos corporales jamás olvidados, hablando de esto, del otro, del amor, del presente, del futuro, de la oportunidad, murmurando sentimientos que renacieron. Ahora estaba tendida ahí, su cara casi pálida coloreada por la sangre que brotaba de su cabeza que delineaba perfectamente la figura de una mujer que estaba a punto de perder la vida, de una joven que seguramente abandona este mundo, ella quien una vez más le robo el corazón yacía en el pavimento; Diana no lo soporto más, se tendió al suelo, con el rostro lleno de lágrimas que daban la sensación de nunca desaparecer, se recargo en el cuerpo de El y gritó: PERDONAME, PERDONAME EL, JAMÁS QUISE, NO ERA MI INTENCIÓN, NO TE VAYAS, NO ME DEJES, PERDONAME!!!! 






*series japonesas, coreanas de 16 a 23 capítulos de duración