viernes, 20 de junio de 2014

How painful...

Son las tres de la mañana y yo no he dormido nada...

¿Qué clase de persona se imagina esas decepciones?

¿quién espera tanto dolor?

¿por qué temer por la felicidad?

¿qué juzgar sin conocer?

¿cómo vivir sin arrepentirse?

¿cuánto cobrar por estar aquí?

Tengo sueño.

martes, 3 de junio de 2014

De repente

Esta no es la primera vez que escribo acerca de él. Ya existentes varias entradas acerca de mis sentimientos con respecto a este hombre, hoy hablaré de cotidiana felicidad de estar juntos. 

Un beso, un abrazo, una sonrisa, tus manos y una declaración. Así fue aquel miércoles por la noche, llena de muchas emociones, llena de tus confesiones, pero sobre todo, llena de tu firmeza. Por segundos pensé que no lo dirías, que el camino recorrido, que tu "me gustas", que tus mariposas en el estómago no serían suficientes para preguntarme... y lo hiciste. 

Hoy eres una sonrisa que le da más luz a mi vida. Ya son casi tres semanas de esta oficialidad pero tú y yo sabemos que ya teníamos meses compartiendo los mismos sentimientos. Hoy nos tenemos, nos sucedimos y eso es maravilloso. 

Me asusté, como se asustan las personas por ser queridas, como se asustan quienes sueñan con algo y se vuelve realidad, como quienes han alcanzado la meta y ya no saben que hacer, me asusté de mis sentimientos, me asusté de ti, de tus cambios, de todo eso que has guardado por días y días. Me asusté de lo que ahora podría pasar entre nosotros. Me asustó que tu declaración no haya sido real. 

Pero lo fue, es real todo lo que nos está pasando, los besos, los abrazos, las palabras, los suspiros, las locuras. Somos ahora, somos justo este momento y eso ha hecho ésta transición más llevadera. Deje de pensar e imaginar un mundo contigo, deje de esperar que tomarás un decisión, deje de atormentarme y decidí que tomaría las riendas de mi vida, haría lo que tenía que hacer y cuando todo mi desastre estuviese arreglado, había decidido volver a confesarme. 

Al parecer esto estaba esperando la vida, que yo dejara de esperar para que entonces todo fluyera. Se acomodó, todo lo que tenía que pasar, pasó, estoy muy contenta, feliz, de estar entre tus brazos, de quererte, de querernos. Me gusta mi relación contigo, me gusta que nació de lo cotidiano, de una hermosa y rara amistad. Me gusta quererte, me gusta quién eres ahora mismo, me gusta quien soy, me gusta la vida. Me gusta que me guste. 

Te quiero. Lo sé, lo sabes.  

viernes, 25 de abril de 2014

Acerca de saber la verdad.

La mayoría de las personas insiste que es mejor saber/decir la verdad. Todos "deberíamos" ser más honestos respecto a lo que pensamos y sentimos, pero, cuando esa verdad se dice, no saben que hacer con ella. Más aún, si la misma es acerca de algo que con un poco de anticipación ya habíamos previsto y necesitábamos confirmar. Pero, es aún más sorprendente que, quienes no saben que hacer con la verdad, son los que se han autoproclamado como personas completamente honestas y sin miedo a decir/escuchar tanta sinceridad. 

No se trata únicamente de dar a conocer ciertas cosas que nos han preocupado, sino el como reaccionaría esa persona a quién queremos contarle ello. Sobre todo si eso incluye declaraciones respecto a sentimientos, que han surgido por la constante de los mensajes en redes sociales y los encuentros para disfrutar juntos el regreso a casa.  No es sencillo confesarse, pero es aún más difícil hacer algo con una verdad anteriormente anunciada. 

Las personas pueden preguntarte cosas por el simple hecho de entablar una conversación, aunque habrá momentos en donde pudieran esperar que no fuésemos tan sinceros. Lanzar preguntas al aire para probar al otro resulta una prueba para uno mismo. Porque, muchas veces, ellos deciden responder con toda la sinceridad que los otros esperan, y es ahí cuando las respuestas sorprenden y ralentizan la capacidad de contestación de quienes imploraban por la verdad. 

Eso me paso aquella madrugada, no esperaba contarte semejante verdad con el desorden constante de mi actual vida, pero ahí estaba tu pregunta, flasheando y esperando por ser contestada. El miedo me invadió porque mi cerebro ya había decidido dejar de engañarse y por ende, dejar de engañarte a ti. Después de mi respuesta positiva todo pareció moverse tan lento, sobre todo tus contestaciones. Tus afirmaciones, que después se volvieron negaciones y una vez más regresaron a ser afirmaciones estaban llenas de confusión, de rapidez, como si una ola de pensamientos y sentimientos se acumularan por salir pero con el temor de no ser aceptados o ser bien vistos. 

Al final optaste por hacer reservas a tus declaraciones, aceptaste tus sentimientos hacia mí, aunque entre tantas palabras logré percibir el caos de tus emociones. Percibí el temor de seguir escribiendo, de continuar con la conversación, de decir algo más allá de lo que ya era evidente. Note, que por una vez en la vida, no estaba asustada por lo que sentía, ni por decirte eso, se fue el temor acerca de perderte, de que no estuvieras, si ahora decidieras irte, pese al dolor que llegará a sentir, estaría muy tranquila, porque todo en mí respecto a ti está en un completo orden. 

Decidimos quedarnos así, como los amigos que somos, con la constante de desordenar las sábanas, aunque a estas alturas pienso que en algún momento nos vamos a desordenar la vida. 


viernes, 4 de abril de 2014

Estrofas de dudas.

¿Por qué no te alejas? 

Varias veces me has preguntado eso, muchas han sido jugando, bromas entre nosotros, muy comunes y muy de nuestra amistad. 

Hay días como hoy que siento vacíos en nosotros, quizá nunca debimos llegar tan lejos pero ya está, ya cruzamos una gran línea y eso suele confundirme en variadas ocasiones. ¿Qué quieres?, ¿qué esperas?, ¿qué deseas?, ¿qué te asusta? Sé con certeza que no conozco tus sentimientos pero me dan muchas ganas de descubrirlos todos, sobre todo los que tienen que ver con los recientes cuatro meses. 

No estamos hechos para estar juntos pero ¿por qué no intentarlo? sólo porque no nació del primer flechazo, de la sensación que te deja sin aliento, del arrebato de robar un beso. ¿No puede nacer de la tranquilidad de los días?, ¿de los constantes cuidados, de las largas caminatas, de las aventuras diarias, de las miradas sinceras, de nuestras palabras, de los besos, de las llamadas, de nuestros abrazos? ¿no puede nacer de esa forma?. 

No somos pero estamos, no tenemos título pero parecemos, no hay motivos pero nos apegamos más, no entiendo pero me tocas, no pretendes pero me besas, no deseas pero respiras en mi cuello. No quieres pero te esfuerzas por aparecer todos los días. No te entiendo y aún así me gustaría intentarlo. 

miércoles, 12 de marzo de 2014

Where do I go?

Pensé que hace mucho se había extinguido cualquier probabilidad de conexión sentimental, pero como siempre (como en estos 22 años) me engañé. 

¿A dónde voy?, ¿por qué amplié mis límites?, ¿qué es lo que yo quiero acerca de él? 

Me gusta, definitivamente me gusta pero... ¿qué me gusta de él? 

-Sus labios
-sus manos
-su cabello
-la forma en que me mira
-su sinceridad
-su lealtad 
-su forma de tomarme
-su creatividad para molestarme o para desestresarme 

Pero ya sé que no es ni será para mí. En algún momento creí que si pero eso se explica por toda la presión social que padecí a mi alrededor cada vez que les comentaba del hecho, los comentarios "terminarán juntos" hacían su aparición con mayor fuerza hasta que yo los asumí. 

Él nunca ha dejado de ser quien es, pero yo lo vi diferente. Al león lo miré como un pequeño gatito y lejos de domarlo pensé que no me lastimaría aunque me equivoqué. No soy única, no soy "la chica", soy una más en su larga lista. Un experimento, un alto, una chica común y corriente. No lo olvides, si no hubieras sido tu, hubiera sido alguien más, lo dejo muy claro ayer, cuando antes de ti estuvo la chica del pelo rojo, cuando estaba contigo la chica de verde. No, no eres ni serás la única. Gracias por participar.