Ayer no sabía cómo comenzar este como resumen/análisis/comentario acerca de estos 6 meses del 2011, añadir palabras, eliminar, corregir y hasta me dio miedo que terminara llorando por rememorar cada una de las cosas que me sucedieron a lo largo de estas semanas; no es fácil escribir de algo que causo dolor, ni recordar fielmente aquellos sentimientos que acompañaron esta transición pero es algo que me debo como persona porque han sido esos hechos los que me han llevado a ser la persona que soy, más sincera, puede que hasta menos compleja, fiel a sus creencias y sobre todo más fuerte.
Yo era una mujer completamente enamorada, cada célula de mí, cada respiración, lágrima, sudor, sonrisa, malestar, enojo, llanto, eran por ese amor, yo podía haber dado mi vida sin que me lo hubieran pedido, era una mujer que amaba con una intensidad que hasta el día de hoy no llegó a comprender, no me cansaba de sentirlo, demostrarlo, decirlo, amaba amar, me hacía muy feliz, me hacía sentir viva, plena, capaz, todapoderosa, me hacía volar. Pero a veces el amor nos ciega a tal punto de no darnos cuenta que no recibimos lo mismo, ni la mitad de lo que damos, no nos damos cuenta que damos todo por una persona y esa persona no lo daría por nosotros, que los hechos, cada uno de ellos, nos demuestra que no pasa igual, ni se le acerca, pero lo ignoramos, nos perdemos en esa mentira para creer que algún día sucederá, pero muchas veces no resulta así.
Comencé el año creyendo que llegaría lejos con este amor, que estaríamos en estos momentos abrazados, riendo, besándonos bajo la lluvia, suspirando, creí fervientemente que no se derrumbaría, que había cambios que me hacían sentir que se podía, que cambiara del todo, que valió la pena esperar y aguantar todo lo de meses anteriores, que los resultados habían llegado por fin. Si llegaron resultados pero no los que esperaba, ni se acercaban a lo que creí que sucedería, llegó el famoso “tiempo”, no entendía, ¿por qué?, han sido las mejores vacaciones, comenzaste a cambiar, a consentirme a ponerme como prioridad, ¿Por qué el tiempo?, ¿para qué?, no, no quería dárselo, llore toda la noche conversando, diciendo que no, esperando motivos suficientes para aceptar, buscando una esperanza en todo ello, buscando ver el final del camino para seguir creyendo que te quedarías conmigo, intentando armar esperanzas para ser fuerte y no caer en esperar, en pensar que solo era un reto más.
Hasta hoy comprendí porque acepte aquello, era tanto mi amor que pensé que te quedarías muy a pesar de esos hechos que me demostraban que no iba a ser así. Durante ese momento, cuando se los dije a mis amigos, ellos, esperando lo mejor de mí, se molestaron, hubo regaños de varios, que yo no merecía lo que estaba pasando, que debería ser yo quien tenía que haberlo pedido, que me he aguantado demasiado.
Y a pesar de todo, te regale el mejor cumpleaños y me esforcé tanto en luchar por ti, en que vieras que yo soy lo mejor que encontraras jamás, quería que vieras que yo estaba ahí, que me quedaría a defender todo lo que había logrado en ti; mi objetivo, mi plan eras tú y todo lo que tenía que ver contigo, no me importo el hecho de que comenzaba un nuevo semestre, ni que debía cumplir con idiomas, no me importaba nada que estuviera lejos de ti, ni conocer gente nueva, quizá por un momento me dejo de importar cuidar a la gente que estaba a mi lado.
Dolió que en la primera oportunidad, tan lejos yo, hiciste lo que esa “libertad otorgada” te permitió, aunque lo presentí dude de ello; como alguien se deja llevar por lo que escriben en sus mensajes personales de Messenger o a los eventos de Facebook, como alguien se conforma con esas simples palabras que nos dejan creer tantas cosas. Deje que el tiempo que estaba pasando con mi amiga me consumiera, me ocupe en ella, al fin ese era el objetivo principal del viaje, dejar de pensar por unos minutos en la situación que estaba pasando. Lo supe con aquel sexto sentido que envuelve a las mujeres, lo confirme con tus palabras frías que habías cometido esa fechoría, hasta lo más dentro de mi alma dolió, y no fue eso todo, había más sorpresas, otras personas que te interesaban, con las que buscarías formalizar algo, ni cuando me viste de frente te conmoviste, no existía el mínimo de arrepentimiento de esos hechos; tu actitud altanera me lastimó tanto, que decidí no acercarme a ti para no llorar más, para ya no buscarte y conformarme con lo sucedido.
Ahí estaban fieles, mis amigos, los que buscaban distraerme, empequeñecer ese dolor que comenzaba a consumirme, algunos otros recordándome que no tenía que soportar esa situación; firme a no sufrir más, me deje llevar por esa capa de emoción, fui a un baile, que postee, y que con él conseguiste convencerme una vez más que lo extraordinario iba a suceder, volví a creer que en efecto era un reto más, tus palabras tan decididas, las cosas que habías puesto en orden, me envolvieron en una gran emoción, volverías me dije, estarás conmigo y yo seré muy feliz por eso. Te vi, porque deseaba con el corazón pasar contigo el 14 de Febrero, aunque dolía, quería estar a tu lado y aun (con lágrimas) temblé de todo lo que me decías, de esos anhelos de estar conmigo, sin pensarlo, te bese porque tenía que recordarte que me querías, te bese para que no olvidaras mis labios, para recordarte que existía una promesa, donde yo esperaría por ti, porque según tú cambiarias por mí, por esta relación, por este inmenso amor, porque cada una de tus palabras antes del tiempo, me permitían tener esperanzas, porque cada uno de tus actos en esas vacaciones me demostraron amor, esos besos me renovaron las esperanzas que iba matando, sin saber que serían los últimos, sin saber que ya no te volvería a ver, sin saber que esa era la última vez que nos miraríamos y seriamos tan honestos (sí es que lo fuiste), sin saber que a pesar de todo este amor ya no estaría a tu lado, sin saber que te falto el valor para decirme las cosas en cara, sin saber que había más dolor.
Cuando nos decepciona el amor, uno se vuelve egoísta, pasa el tiempo pensando en su dolor, en cuanto ha llorado y hace todo lo posible por causarse más dolor, molesto con el mundo, muchos (no me incluyo) alejan a las personas que intentan animarlos, y otros (como yo) buscan conversar con otros para olvidarse de lo que los hace llorar, así es como conocí a muchas personas que hoy están conmigo, contándoles mi pena, buscando consejos, un aliento para vivir, para guardar alguna esperanza. Sin querer uno se entera de la verdad, de la cruda realidad que nos rodea, yo me entere por una amiga, que a pesar de todo, sintió que merecía la verdad, me dijo de la forma más sutil, de la forma más sencilla posible que ya me habías olvidado, ¿Cómo?, me dije, si solo han pasado unas semanas, que ya te habías desprendido de mí, que pase al olvido; un duro golpe para quien ama con el corazón, se detuvo el mundo, el tiempo, se detuvo la respiración y sentí algo tan grande que me apretó el pecho, sentí tanto dolor que ni el llanto lo contenía, quería dormir y no despertar, quería llorar y llorar hasta que se fuera el dolor, quería correr, perderme, quería sacar a mi corazón y abrazarlo tanto, quería gritar hasta que se me acabara la voz, quería desaparecer, dejar de pensar, quería eliminar de un golpe este dolor tan profundo, tan solo quería dejarme de ahogar con todos mis sentimientos.
¿Cómo olvidar a quien amas?, ¿Cómo dejar de pensarte, de imaginarte, de llamarte en mis sueños?, ¿Qué iba a hacer sin ti, sin tus ojos, sin tus labios?, ¿Por qué había sucedido si yo te amaba tanto?, ¿Cómo pretendía respirar, comer, andar?, ¿Cómo caminar donde un día tus pasos me acompañaron?, ¿Por qué?... dolor, tanto dolor que me consumía, ni se como pude con todo lo académico, ni cuantas ganas le eche para cumplir con mis tareas; cada noche dejaba de respirar por que las lágrimas me ahogaban, como podía terminar de una vez, rondabas cada uno de mis sueños y tú no te habías aparecido a terminarlo todo, esperaba que me dijeras que ya no me querías, que me olvidara de todo, que esto ya no va a existir, que la relación se terminó.
No llegaste, ni una llamada, ni un msj, y cada día yo me ilusionaba más, mi amiga estaba equivocada, no me olvidaste, quizá aún pensabas en mí, yo no sabía que estaba sucediendo porque elimine la única conexión entre yo y tu mundo: Facebook, lo elimine en parte porque no quería saber que hacías y en parte porque no me sentía a gusto ahí, necesitaba esconderme del mundo. Una vez más me equivoque con mis creencias, ya no aguante más, debía decírtelo, y tenía que escucharte, pero no quería verte, no quería ningún abrazo hipócrita, ni un “estarás bien”, que ibas a saber tú de eso, si nunca habías amado así, no sabías que es que te decepcionen, porque jamás lo han hecho contigo, que podía saber tú del dolor que sentía, que podías saber tú si nunca te entregaste del todo y no había mucho que pudieras perder.
Se terminó, oficialmente se acabó, veinte meses de mí, de momentos, de sonrisas, se acabaron, de una forma terrible, porque sí ya no te quería en mi mundo, no podía ser tu amiga, cuando me tú ya me habías superado, te aleje, (hasta el día de hoy no me arrepiento) porque me decidí a olvidarte, me habías decepcionado tanto, pero me daba más coraje lo tonta que fui y las cosas que te pase, llore aún más porque percibí que en parte era culpa mía, deje que todo aquello pasara y muchas cosas anteriores, deje que me lastimaras, deje que rebasaras los limites, deje que hicieras y deshicieras cosas, te permití hasta lo imperdonable; sí me lastimaste, me robaste el corazón, lo estrujaste, lo hiciste añicos pero porque así deje que pasara.
En medio de todo el dolor, ocupe el tiempo en los nuevos amigos, las salidas, la diversión, la escuela volvió a ser mi prioridad, comencé a resaltar, decidí escribir, me aleje de todo lo que pudiese acercarme a ti, incluso, me aleje de muchas personas, les deje de hablar, me ocupe de mí, era mi momento, esta vez me tocaba a mí decidir qué hacer con cada minuto que tenía por vivir, yo decidía a quien ofrecerle mi espacio, mi vida y hasta mi dolor. No fue tan difícil, porque ya me había anticipado al hecho, ya había derramado muchas lágrimas y sobrellevar el dolor empezó a ser una tarea menos complicada; las tareas escolares me parecían sencillas, platicar con los amigos era relajante, las comidas, cafés, cervezas, entraban con entusiasmo, las participaciones llegaban, lo aburrido no me molestaba.
Empezaba entender los cambios, aun lloraba todas las noches, pero a veces era por mí, jugué a escribir y me fue bien, induje a mis amigos al Twitter para que se comunicaran conmigo, entable conversaciones con gente que ni sabía que existía, un nuevo mundo empezaba a tener forma, aunque aún seguía siendo la chica triste, el chino me ocupo el tiempo, porque aprender tantos caracteres requería un ejercicio mental constante, las películas, vi series para entretenerme, cambie de música, volví a la anterior, mi onda indie regresaba con más fuerza, Zoé ocupaba las listas de reproducción, miraba a la gente, me dejaba llevar por aquellos que me consentían, mis amigos estaban ahí, buscando formas de hacerme reír y lo lograban aunque la sensación no perduraba, ahí estaba, había un poco de chispa en mí, solo era cuestión de tiempo.
El primer mes fue mágico, lleno de valor, de coraje, de cambios fuertes, de otro modo de vivir y a pesar de tus dos intervenciones (una llamada que consistía en un reclamo y un msj que yo deduje que fue equivocado pero a propósito) no nublo todo lo que estaba logrando, mi vida empezaba de cero, rebobinar los propósitos y destruir los sueños a tu lado; una nueva Cecy estaba naciendo, aunque no me di cuenta en ese tiempo, pero había pequeños cambios, otras formas de ver la vida, la manera de aconsejar a la gente, desde perspectivas más amplias.
Me uní a mi familia, descubrí su lado bello, y aunque ellos no sabían con exactitud lo que pasaba, no se separaron de mí; mamá fue un gran apoyo, me abrazo tanto cuando le dije que se había acabado, llore en sus brazos y fueron los mismos un gran soporte para dejar de arrastrarme en este camino doloroso. Hubo hechos que me hicieron acercarme a las nuevas personas y convertirlas en seres muy especiales para mí, destacar en las clases de la facultad ya no me resultaba difícil, y me hizo tan feliz entregarme a la que se convirtió en mi materia favorita: Teoría de las Relaciones Internacionales; en esa clase le eche más kilos que a las demás, tanto porque me resulto interesante, como también me ayudo a llevar las cosas con calma, lo que veíamos lo lleve al plano de lo personal que percibí cosas que hasta ese momento no entendía, me animaba tanto llegar a esa clase, y comencé a sentirme más plena y capaz de todo.
Por primera vez comprendí de donde había tomado las fuerzas necesarias para acabar con la esperanza inexistente, como fue que decidí que ya no había cavidad para una relación que desgasto mi alma, fue porque aprendí que merecemos lo mismo que damos, no más y no menos, que no hay que conformarse con poco, pero que somos humanos y que por ello cometemos errores; tome fuerza de ese mismo amor para decidir olvidar y disfrutar de la vida, porque abrí bien los ojos y me di cuenta que yo disfrutaba de lo suficiente en cuanto amistad, familia y en lo que respecta a lo académico, que de ello debía recordar quien soy y jamás volver a permitir recibir menos de lo que doy.
Y de la nada reí, no una risa estridente, sino una risa que se quedó plasmada en el día, las cosas alegres invadían mis minutos de ocio, los malos chistes, los eventos aburridos, las malas palabras, las acciones locas inundaban mi mente, cada uno de mis amigos plasmaba alegría en mi alma, las salidas fueron constantes, las pláticas versaban de otros temas, hasta las miradas me asediaban (aun sucede), leí blogs, reblogue en tumblr, tuitee más, y aconsejaba de lo mejor. Las cosas tristes venían, dejaba que fluyeran y se iban, alguna que otra vez te busque en google, pero me aburrí porque no le encontré sentido a mirar tu foto, al fin, tengo tantas de ti, releí algunas cosas que me diste y ya no lloraba, el bugs bunny que me diste ya podía abrazarlo, mi mundo, mi vida ya no giraba sobre ti y eso me hacía muy feliz.
No me equivoque en elegirlos, a ellos, mis amigos, fueron llenado mi vida de nuevos recuerdos, alegres y tristes, de ganancias y pocas perdidas, me alegro que muchos ya me consideran una amiga, con quien pueden conversar sin pena, a quien pedirle un consejo, alguien con quien ir a chelear, invitar un café, comer tacos, preparar bebidas; mis materias ocupaban mi mente al igual que lo hacía mi familia y el tiempo valioso que pasaba con ellos.
Bien dicen “tiempo al tiempo” es cierto, pero no solo para olvidar, sino para crear nuevos recuerdos, de esa gente que te aprecia y se va a quedar contigo, de abrir el mundo, de escuchar nueva música, de mejorar como humano. La vida te va llenando de sorpresas y con buen agrado te das cuenta que sí hay gente que te extraña, tu compañía, tus consejos, tus risas y hasta tu llanto, vuelves con aquellas personas porque hicieron posible comunicarse contigo, confías más en la gente porque ya no te importa si te traicionan, porque no te harán cambiar, los objetivos son más claros y la vida se vuelve más alegre.
Sucede, sin más, de un momento a otro la gente percibe otra vibra en ti, te dicen que te escuchan feliz, alegre, que ya no te ves triste, que existe una nueva cecy, tu aura, tu luz comienza a brillar, esta vez con más intensidad, sigue entrando gente nueva en tu vida, me esforcé para obtener buenas notas en las materias que curso y no en todas sucedió así, pero me alegra saber que puedo redoblar esfuerzos, que tanto ha ocurrido en 6 meses que apenas uno se toma tiempo de analizar esos cambios. Se cumplen objetivos si uno es paciente, como el que ya leí en un mes todos los libros de Harry Potter, y que a pesar de enfermarme dos veces en este mes le vi el lado alegre a ello.
Las preocupaciones son otras, buscar formas de ayudar, de aportar algo de lo que eres a este mundo, de formar parte de ese cambio, de saber que SI SE PUEDE, que todo está en la mente pero la fuerza viene del corazón, que aunque llegamos solos a este mundo, necesitamos estar acompañados para iluminar el camino, para recordarnos que hay algo por lo que vale la pena luchar y modificar las cosas que están mal, que la batalla es constante y que a pesar de las caídas, las decepciones, el desamor, nos volvemos a poner de pie para cumplir con nuestro camino.
La fuerza esta en cada espacio donde dejamos parte de nuestro ser, en la familia, el núcleo mayor de amor y decepción, en los amigos donde participas con consejos y traiciones y en lo académico donde refuerzas tu lado humano (así al menos yo lo veo); si lo queremos no estamos solos y no tenemos que afrontarnos a los problemas sin ayuda de nadie, la gente que nos aprecia estará ahí y se tomara el tiempo necesario para recordártelo, las caídas nos van a recordar lo humanos que somos, nos cambiaran y nos darán el poder para levantarnos y seguir. Pero es cuestión de querer afrontarlo, de animarse a luchar, de perseguir aunque sea un soplo de luz para ver el amanecer, y no conformarnos solo con el resplandor del sol, sino que aprender a brillar con luz propia, yo ya no persigo a las estrellas, porque me convertiré en una de ellas.