¿Por qué escribo esto? Porque estoy asustada.
Me asustó de cosas tan simples como los insectos, los cambios de clima, las nuevas clases, los nuevos compañeros pero lo que más me asusta es ver el otro lado de las personas.
Me asustó tanto que comienzo a temblar, a sudar, me dan ganas de llorar, me asustó tanto que quiero correr, deseo esconderme, deseo no saber. Me asusta cuando las personas son tristes, depresivas, cuando se autolastiman, me asustan las personas.
Y no es que no conozca gente así, parte de las personas que más amo, más quiero, más tengo son así, en algún punto de su vida (y de nuestra amistad) estuvieron así, yo casi nunca he estado presente físicamente en sus depresiones, porque no les gusta ser vistos, pero he estado del otro lado del teléfono o del otro lado de la compu; pero aún así me asustan.
Me asustó cuando información confidencial me es revelada, información depresiva, información triste, porque duele, porque hiere, porque no quieres verlos así, ¿a quién le gusta ver sufrir a su amigo?. Y pese a que puedo estar ahí, con un brazo, con una palabra de aliento, por dentro estoy verdaderamente aterrada. No sé que hacer, no sé como actuar, no sé donde esconderme, intento hacer lo mejor de mí pero por dentro, en mi corazón en mis pensamientos resulta una misión imposible.
Me asustan las personas y sus tristezas, sus depresiones, me asustan porque cuando los miro así, cuando los leo así, cuando los escucho así algo en mí se activa, como un chip, como una voluntad bastante extraña para querer ayudarles. Porque aunque me asusten prefiero sentir y hacer algo por ellos aunque eso involucre mi ser, aunque eso pueda desgastar el alma.
Me asustan las personas.
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