La última y comenzamos.
Hoy es el último día de 2012, ha sido un año bastante interesante que me ha hecho pensar en varias cosas, como las siguientes:
LA VIDA
Es tan común respirar que pocas veces nos damos cuenta que lo hacemos. Si hacemos un gran esfuerzo como correr o levantar cosas pesadas nos detenemos a escuchar nuestra respiración, tan fuerte y cansada, sólo ahí nos damos cuenta que ese es nuestro motor para seguir y enseguida lo olvidamos porque estamos ocupados con otras cosas.
La vida se puede ir en cualquier momento, tan sencillo, tan breve que cuando no está es pesado y doloroso. Pareciera que sólo cuando alguien se va nos damos cuenta de lo frágil y rápida que se puede ir, que unos están muertos en vida y quienes ya no están se encontraban llenos de energía. Demos más valor a todo lo sencillo, como disfrutar una plática con la familia o amigos, dar un paseo, andar en bici, correr, brincar... a esos pequeños detalles que podríamos extrañar si nos viéramos limitados a practicarlos. No dejemos que la costumbre del día a día se coma la vida.
Vamos a disfrutarnos cada segundo por muy pesado y doloroso que se convierta, porque también esos sentimientos son parte de lo maravilloso que es ser humano.
LA AMISTAD
Las personas que han pasado tiempo contigo pueden volverse desconocidos, otros que te regalan una sonrisa o un abrazo pueden volverse tus amigos en tan solo un segundo. No siempre se trata del tiempo sino de las acciones y esas se convierten en un valor hermoso para cada persona. Agradezco a cada uno de ellos por entrar en mi vida y también por salir ya que no todos somos permanentes en el camino de alguien más y no por eso se guarda rencor, al contrario se celebran los momentos más alegres, para que perseveren ante circunstancias tristes. Un amigo estará contigo aún cuando te haya lastimado o lo hayas lastimado.
EL CAMBIO
Queremos cambiar todo lo que esta mal pero no empezamos por nosotros. No queremos la guerra contra las drogas pero me drogo, no queremos corrupción pero buscamos que el policía nos haga el favor con el alcoholimetro, no queremos empresas extranjeras pero compró mis tenis de marcas gringas... un n número de situaciones que pueden ejemplificar la idea, el cambio viene de las pequeñas acciones, cuando estás dejen de funcionar entonces podemos optar por otros caminos, pero eso es hasta que todos hagamos algo, quejarnos y ser inactivos no tendrá ningún efecto. Las acciones hablan muchísimos más que tan bellos discursos, pero no se trata de que una sola persona lo haga sino todos demuestren que es hora de cambiar todo aquello que esté mal... que es hora de que el dinero deje de mover el comportamiento de los humanos.
Esas han sido mis tres lecciones que día a día de los 365 días del año se presentaron, recordando que aún mucho por hacer, mucho por sentir y sobre todo por vivir. ¿Y tú? ¿Qué te cambio el 2012?
lunes, 31 de diciembre de 2012
viernes, 26 de octubre de 2012
Él... ella....
Mirarla así... Hace un mes que se dio cuenta.
Comenzó de un leve suspiro que confundió con alguna satisfacción de verla feliz, de ver (como hace 7 años) su inconfundible sonrisa. Después vinieron los temblores en la mano, esa necesidad de querer tocar sus dedos, de sentir la piel de sus hombros, por aquellos abrazos robados, los muchos que han compartido durante el tiempo que han sido amigos. El sudor y los nervios acompañaron ese fuerte y claro sonido del corazón, ese que solo se emite cuando estás feliz de ver a tan especial persona.
Así pasaron los días... Cuando verla era más que solo un hábito, que cualquier pretexto funcionaba para mirar su sonrisa, que al cruzar la calle fuera una excusa para tomar su mano evitando cualquier peligro.
Era más feliz, estaba seguro, ya no tenía duda alguna, siempre fue ella.
¿Cómo no lo vi? Se preguntó, pero que más daba, por fin aclaro su mente. Se decidió, era el momento de confesar su amor, ese que yacía escondido durante todos estos años y que despertó de forma tan espontanea. Desde que la conoció, la admiró, le tomo cariño, la quiso, pero hasta hoy, se enteró que su corazón la miraba y la deseaba de otra forma, lo supo entender. Así que formulo el siguiente paso.
No había temor de ser rechazado, ya que un año atrás ella había confesado quererlo, de esa forma que solo una mujer puede querer a un hombre, de la forma en que ese hombre se mete en tus sueños, pensamientos, minutos. Él no quiso aceptar su corazón, ya que no quería perder la amistad entre ellos, ella, sin más remedio, acepto, porque antes de confesarse tenía miedo de lo mismo. Ambos quedaron en seguir igual y así fue, hasta hace un mes, cuando los sentimientos de él surgieron, convirtiendo su corazón en un lugar de fiesta cada vez que ella estaba presente.
Ahora era el momento, decirle cuanto se había equivocado y que sus sentimientos, hoy, son los mismos que ella le profeso tiempo atrás. Decidido corrió con tanta emoción a su fiesta de cumpleaños, pensó, que ese era el mejor regalo que podía darle.
Justo cuando llego, la vio, ahí estaba esperando por él, con un hermoso vestido negro y zapatillas a juego, el cabello suelto y unos labios color carmín. Lucía preciosa, mucho más de lo que él se imagino. Corrió a abrazarla, era un momento tan perfecto. Comenzó a hablar, con trabas, estaba sumamente nervioso y ella lo miraba, extrañada por su expresión pero lo interrumpió ya que también quería decirle algo muy importante.
Dejo de hablar, tenía curiosidad de lo que ella tenía que decirle, aunque no puso atención, solo miro sus labios, resistiendo el deseo de robarle un beso en aquel momento. Y sucedió.
Vaya sorpresa que se llevo, si, hubo un beso, un profundo, hermoso y sincero beso, de esos que solo se dan dos personas tan enamoradas, de esos que expresan tanto amor. Pero no eran los labios de él lo que estaban pegados a ella. No, eran los de otro, los de un muchacho que no reconoció en el instante. Al finalizar, ella por fin los presento, aquel, ya era su novio, llegó media hora antes y se le declaro, porque el otro también pensó, que ese era el momento perfecto para hacerlo.
...
...
...
A veces nos damos cuenta demasiado tarde de la persona que tenemos enfrente.
Comenzó de un leve suspiro que confundió con alguna satisfacción de verla feliz, de ver (como hace 7 años) su inconfundible sonrisa. Después vinieron los temblores en la mano, esa necesidad de querer tocar sus dedos, de sentir la piel de sus hombros, por aquellos abrazos robados, los muchos que han compartido durante el tiempo que han sido amigos. El sudor y los nervios acompañaron ese fuerte y claro sonido del corazón, ese que solo se emite cuando estás feliz de ver a tan especial persona.
Así pasaron los días... Cuando verla era más que solo un hábito, que cualquier pretexto funcionaba para mirar su sonrisa, que al cruzar la calle fuera una excusa para tomar su mano evitando cualquier peligro.
Era más feliz, estaba seguro, ya no tenía duda alguna, siempre fue ella.
¿Cómo no lo vi? Se preguntó, pero que más daba, por fin aclaro su mente. Se decidió, era el momento de confesar su amor, ese que yacía escondido durante todos estos años y que despertó de forma tan espontanea. Desde que la conoció, la admiró, le tomo cariño, la quiso, pero hasta hoy, se enteró que su corazón la miraba y la deseaba de otra forma, lo supo entender. Así que formulo el siguiente paso.
No había temor de ser rechazado, ya que un año atrás ella había confesado quererlo, de esa forma que solo una mujer puede querer a un hombre, de la forma en que ese hombre se mete en tus sueños, pensamientos, minutos. Él no quiso aceptar su corazón, ya que no quería perder la amistad entre ellos, ella, sin más remedio, acepto, porque antes de confesarse tenía miedo de lo mismo. Ambos quedaron en seguir igual y así fue, hasta hace un mes, cuando los sentimientos de él surgieron, convirtiendo su corazón en un lugar de fiesta cada vez que ella estaba presente.
Ahora era el momento, decirle cuanto se había equivocado y que sus sentimientos, hoy, son los mismos que ella le profeso tiempo atrás. Decidido corrió con tanta emoción a su fiesta de cumpleaños, pensó, que ese era el mejor regalo que podía darle.
Justo cuando llego, la vio, ahí estaba esperando por él, con un hermoso vestido negro y zapatillas a juego, el cabello suelto y unos labios color carmín. Lucía preciosa, mucho más de lo que él se imagino. Corrió a abrazarla, era un momento tan perfecto. Comenzó a hablar, con trabas, estaba sumamente nervioso y ella lo miraba, extrañada por su expresión pero lo interrumpió ya que también quería decirle algo muy importante.
Dejo de hablar, tenía curiosidad de lo que ella tenía que decirle, aunque no puso atención, solo miro sus labios, resistiendo el deseo de robarle un beso en aquel momento. Y sucedió.
Vaya sorpresa que se llevo, si, hubo un beso, un profundo, hermoso y sincero beso, de esos que solo se dan dos personas tan enamoradas, de esos que expresan tanto amor. Pero no eran los labios de él lo que estaban pegados a ella. No, eran los de otro, los de un muchacho que no reconoció en el instante. Al finalizar, ella por fin los presento, aquel, ya era su novio, llegó media hora antes y se le declaro, porque el otro también pensó, que ese era el momento perfecto para hacerlo.
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A veces nos damos cuenta demasiado tarde de la persona que tenemos enfrente.
domingo, 17 de junio de 2012
¿Qué es lo mejor?
-Te mereces algo mejor, alguien quien valga la pena.
¿Cuántas veces no les han dicho eso o lo has dicho? A mí me lo dijeron dos veces, pero no comprendí el peso de las palabras hasta la segunda vez. Quien usa esa frase es porque ha fallado, lastimó y no sabe como remediarlo. Quien la usa intenta disculpar cada error que cometió en el pasado, redimirse y dar la media vuelta para no tener que ver el rastro de daño que ha dejado en el camino.
¡Idiotas! aquella mujer, aquel hombre quien la haya usado. Fueron lo mejor para nosotros, claro, antes de cometer el primer error. Aún después de ello, creíamos en ustedes (o creyeron en nosotros) porque cometer una falta es de humanos, pero una segunda, tercera, cuarta o n veces ya no.
Cuando el daño esta hecho, cuando es más el dolor intentan (o intentamos) salir "bien" utilizan (mos) la frase que abre esta entrada, cómo si con ello limpiaran (mos) el desastre que hemos dejado. Lo dicen (decimos) como la opción de un futuro prometedor, consientes de que existe ese "mejor" pero ... ¿Qué es lo mejor?.
Lo mejor fue cuando ponían atención, cuando había interés, cuando los hechos iban acorde a las palabras, cuando no había necesidad de mentiras, cuando lo justo y necesario no era suficiente y se hacía más solo por el simple placer de dar y dar amor, cuando no se rompía las promesas, cuando las peleas eran por alguna tontería, cuando tomabas mi mano al caminar y sonreías al verme... eso hacía que todo lo dado valía la pena.
Lo mejor es dar todo de sí y saber que luchaste hasta al final por dejar atrás los problemas y seguir, no es quedarse estancando en el error y cada día cometer uno nuevo, no se trata de mostrar lo peor cada vez que se presente la oportunidad, de ahogarte en el "no puedo" y eso mismo no te permita avanzar. Todas las personas valen la pena cuando empiezan a intentarlo y logran hacerlo.
Sí has fallado, no te disculpes con esa frase, no sirve de nada, ni a ella o él ni a ti, no va a cambiar el hecho de que no hiciste lo más posible por remediar cada uno de tus errores.
lunes, 28 de mayo de 2012
El caminante muerto
Sí, en parte el título de esta entrada esta inspirada en la serie The Walking Dead, personalmente estoy encantada con la trama (es mi primer contacto con zombies) pero me ha dejado mucho que pensar y que compartir.
Todos saben que habla sobre un apocalipsis zombie. Ese mundo, casi todos están muertos, los "caminantes" solo reaccionan a lo más básico de su cuerpo, es decir, pueden caminar, comer y atacar, pero la parte de su cerebro que los hace humanos ha muerto completamente. Lo que me conduce a lo siguiente.
Sí un zombie actúa por necesidades básicas, ¿no es lo mismo que hacemos nosotros cuando nos enajenamos en nuestro mundo?. Despertar, bañarse (algunos), desayunar, ir a la escuela/trabajar, regresar, tarea, dormir... la rutina de nuestras vidas. ¿No es eso, lo humano, lo que dejamos morir día a día.? A veces sí, a veces no, a veces no importa y otras veces despertamos. La monotonía es la que acompaña nuestros días, romper ese ciclo, requiere más voluntad de la que pensamos.
No hace falta ser un zombie para dañar a alguien más, no necesitamos morder su cuerpo, comer sus entrañas... es suficiente con una palabra, con una acción, con las promesas rotas, con una mentira, con la malicia que caracteriza la razón, ese lado oscuro que existe en nosotros. No hace falta un virus para perder la humanidad de nuestro ser, basta olvidar que existe tal para cometer tantos y tantos horrores. Basta dejar de creer en uno mismo, basta no ayudar, basta decir lo que más hiere, basta simplemente un arrebato, una molestia, un momento para convertirte en eso, un caminante, con un hambre voraz, decidido a arrasar todo lo que se encuentre en tu camino, basta simplemente dejarse llevar.
Tampoco hace falta un arma para destruirte, ni un golpe, ni una flecha, porque al contrario del zombie, tu también te destruyes. No hace falta cortarte las piernas para que te arrastres, lo harás por tu propio peso. Alguna vez tu has sido uno. Has hecho sufrir, has roto un alma, has propagado tu letal virus. Y también hieres con tu indiferencia, con tu cero voluntad para hacer algo. Pero...
La cura se encuentra también en ti. Despertar, dejar de caminar para empezar a razonar no resulta sencillo, pero tampoco es una tarea fácil. Cada uno de nosotros ha sufrido lo que le ha correspondido, hemos decidido que hacer fuese lo correcto o lo más sencillo; nos hemos detenido para pensar por un momento que no estamos solos. Recordamos, que existe un mundo donde quizá en el nuestro eso que tanto nos ha lastimado fue lo más grave y en comparación con el mundo físico no es más que un simple rasguño.
Es completamente válido ser egoístas por un tiempo y pensar solo en nosotros. Completamente cierto resulta que nacemos solos y morimos solos pero ello no indica que nuestro paso por el mundo tengamos que vivir solos, rodearse de algunas personas puede enseñarnos más de cosas que pretendemos conocer pero realmente no las hemos vivido. Salir un poco de la burbuja emocional para darte cuenta que el mundo es inmenso y que estamos expuestos a todo, sea bueno o malo, será para seguir andando. Debes seguir caminando con la única diferencia que tu caminata esta rodeada de razón, de fuertes latidos de corazón y manos dispuestas a no dejarte vencer.
No dejes de vivir, por muy cansado que a veces resulte.
Todos saben que habla sobre un apocalipsis zombie. Ese mundo, casi todos están muertos, los "caminantes" solo reaccionan a lo más básico de su cuerpo, es decir, pueden caminar, comer y atacar, pero la parte de su cerebro que los hace humanos ha muerto completamente. Lo que me conduce a lo siguiente.
Sí un zombie actúa por necesidades básicas, ¿no es lo mismo que hacemos nosotros cuando nos enajenamos en nuestro mundo?. Despertar, bañarse (algunos), desayunar, ir a la escuela/trabajar, regresar, tarea, dormir... la rutina de nuestras vidas. ¿No es eso, lo humano, lo que dejamos morir día a día.? A veces sí, a veces no, a veces no importa y otras veces despertamos. La monotonía es la que acompaña nuestros días, romper ese ciclo, requiere más voluntad de la que pensamos.
No hace falta ser un zombie para dañar a alguien más, no necesitamos morder su cuerpo, comer sus entrañas... es suficiente con una palabra, con una acción, con las promesas rotas, con una mentira, con la malicia que caracteriza la razón, ese lado oscuro que existe en nosotros. No hace falta un virus para perder la humanidad de nuestro ser, basta olvidar que existe tal para cometer tantos y tantos horrores. Basta dejar de creer en uno mismo, basta no ayudar, basta decir lo que más hiere, basta simplemente un arrebato, una molestia, un momento para convertirte en eso, un caminante, con un hambre voraz, decidido a arrasar todo lo que se encuentre en tu camino, basta simplemente dejarse llevar.
Tampoco hace falta un arma para destruirte, ni un golpe, ni una flecha, porque al contrario del zombie, tu también te destruyes. No hace falta cortarte las piernas para que te arrastres, lo harás por tu propio peso. Alguna vez tu has sido uno. Has hecho sufrir, has roto un alma, has propagado tu letal virus. Y también hieres con tu indiferencia, con tu cero voluntad para hacer algo. Pero...
La cura se encuentra también en ti. Despertar, dejar de caminar para empezar a razonar no resulta sencillo, pero tampoco es una tarea fácil. Cada uno de nosotros ha sufrido lo que le ha correspondido, hemos decidido que hacer fuese lo correcto o lo más sencillo; nos hemos detenido para pensar por un momento que no estamos solos. Recordamos, que existe un mundo donde quizá en el nuestro eso que tanto nos ha lastimado fue lo más grave y en comparación con el mundo físico no es más que un simple rasguño.
Es completamente válido ser egoístas por un tiempo y pensar solo en nosotros. Completamente cierto resulta que nacemos solos y morimos solos pero ello no indica que nuestro paso por el mundo tengamos que vivir solos, rodearse de algunas personas puede enseñarnos más de cosas que pretendemos conocer pero realmente no las hemos vivido. Salir un poco de la burbuja emocional para darte cuenta que el mundo es inmenso y que estamos expuestos a todo, sea bueno o malo, será para seguir andando. Debes seguir caminando con la única diferencia que tu caminata esta rodeada de razón, de fuertes latidos de corazón y manos dispuestas a no dejarte vencer.
No dejes de vivir, por muy cansado que a veces resulte.
viernes, 30 de marzo de 2012
Pensamiento
Sonríe.
¿Que más se puede hacer?. Lo sabe
Frente a sus ojos aquella mujer. La mira tan despacio, capta su sonrisa, esa forma en que sus labios lentamente dibujan la felicidad de sus días; memoriza cada espacio de su rostro, como sí no fuese a verlo, no en mucho tiempo y quizá sea así.
Y resultaba tan incorrecto su pensamiento. No sé explica porque se emociona tanto, se inquieta, se revuelven las ideas y agradece el escuchar, cosas del pasado, que ya a nadie le importan, pero que insistió en saber, para corroborar el daño de sus acciones.
Desea acariciar su mano, aquella que estuvo a su disposición un tiempo atrás, desea envolverla en sus abrazos, como en aquellos buenos tiempos y... lo más impropio de todo, se muere por robarle un beso, por sentir sus labios pegados y disfrutar de esos breves instantes en el cielo.
La vuelve a mirar y se da cuenta que disfruta más, es tan lejana, tan imposible, tan intangible, tan ella, que se da cuenta, algo en su interior resurgió, un sentimiento que unió sus destinos en un pasado tan tormentoso. Algo que pensó tan muerto, volvía para recordar porque fue ella tan especial.
Sentada ahí estaba, hablando del presente, de los momentos, de la vida. Narrando pasajes de una vida ajena a ese pasado.
Y seguía mirando, seguía resistiendo, conteniendo cada uno de sus deseos, ahora lo sabía, no podía intentar ni el más sutil de esos movimientos, no quería volver a perder su presencia, no quería volver a pasar sus días sin su mirada.
Ahora más que nunca lo supo, ya no significaba nada para ella, era tan independiente, tan feliz, ya no era nada. Ni risas, ni llantos, ni deseos, ni rencores, ni odio, tan solo nada... y aún así, volvía a mirarla como si nunca se hubiera ido ese sentimiento.
¿Que más se puede hacer?. Lo sabe
Frente a sus ojos aquella mujer. La mira tan despacio, capta su sonrisa, esa forma en que sus labios lentamente dibujan la felicidad de sus días; memoriza cada espacio de su rostro, como sí no fuese a verlo, no en mucho tiempo y quizá sea así.
Y resultaba tan incorrecto su pensamiento. No sé explica porque se emociona tanto, se inquieta, se revuelven las ideas y agradece el escuchar, cosas del pasado, que ya a nadie le importan, pero que insistió en saber, para corroborar el daño de sus acciones.
Desea acariciar su mano, aquella que estuvo a su disposición un tiempo atrás, desea envolverla en sus abrazos, como en aquellos buenos tiempos y... lo más impropio de todo, se muere por robarle un beso, por sentir sus labios pegados y disfrutar de esos breves instantes en el cielo.
La vuelve a mirar y se da cuenta que disfruta más, es tan lejana, tan imposible, tan intangible, tan ella, que se da cuenta, algo en su interior resurgió, un sentimiento que unió sus destinos en un pasado tan tormentoso. Algo que pensó tan muerto, volvía para recordar porque fue ella tan especial.
Sentada ahí estaba, hablando del presente, de los momentos, de la vida. Narrando pasajes de una vida ajena a ese pasado.
Y seguía mirando, seguía resistiendo, conteniendo cada uno de sus deseos, ahora lo sabía, no podía intentar ni el más sutil de esos movimientos, no quería volver a perder su presencia, no quería volver a pasar sus días sin su mirada.
Ahora más que nunca lo supo, ya no significaba nada para ella, era tan independiente, tan feliz, ya no era nada. Ni risas, ni llantos, ni deseos, ni rencores, ni odio, tan solo nada... y aún así, volvía a mirarla como si nunca se hubiera ido ese sentimiento.
martes, 24 de enero de 2012
Del otro lado
No somos tan valientes a veces. No todos, y no por ello somos malas personas.
A veces no sabemos como sobrellevarlo... el dolor. Pero no el nuestro, sino de las personas que nos importan. Como amigos intentamos ponernos en su lugar, pero es una tarea cansada y sin éxito. Incluso los perdemos. Es difícil creer que estén así, sobre todo cuando diariamente nos regalan una sonrisa, nos preguntan acerca de nuestro bienestar, que están al pendiente de nosotros. Para algunas personas resulta pesado, cansado, INSOPORTABLE. Es cuando se van. El agotamiento de las palabras, los abrazos, los ánimos LOS CONSUME. Se pierden en lo amargo de la pérdida. No son malas personas, son malas decisiones.
También existen quienes se dejan llevar por las apariencias. Así era yo, hace unos años atrás. Resulta complicado convivir con personas difíciles, frías y casi intolerables. Todo es cuestión de paciencia. Cuando resistes por la fe de ir conociendo es cuando te maravillas. Suelen ser cálidas y fieles con esas personas que estuvieron ahí a pesar de su mal comportamiento; suelen ser magníficos hombros en que llorar, grandes consejeros, mejores amigos.
La gente suele sorprendernos. Tan frecuentemente creemos saberlo todo de los amigos, pero eso es lo mejor de la vida, volver a conocerlos, sea para bien, sea para mal. Los amigos son eso que nos extienden la fe en las personas, nunca sabes quien se volverá un amigo, nunca sabes que amigo se irá de tu lado.
Somos humanos, nacemos solos, morimos solos, pero eso no significa que andaremos solos, la compañía siempre es grata, la compañía nos mejora, y sí elegimos con cuidado, se vuelve parte de nuestra vida.
¡¡¡Seamos la vida.!!!
A MIS AMIGOS.
A veces no sabemos como sobrellevarlo... el dolor. Pero no el nuestro, sino de las personas que nos importan. Como amigos intentamos ponernos en su lugar, pero es una tarea cansada y sin éxito. Incluso los perdemos. Es difícil creer que estén así, sobre todo cuando diariamente nos regalan una sonrisa, nos preguntan acerca de nuestro bienestar, que están al pendiente de nosotros. Para algunas personas resulta pesado, cansado, INSOPORTABLE. Es cuando se van. El agotamiento de las palabras, los abrazos, los ánimos LOS CONSUME. Se pierden en lo amargo de la pérdida. No son malas personas, son malas decisiones.
También existen quienes se dejan llevar por las apariencias. Así era yo, hace unos años atrás. Resulta complicado convivir con personas difíciles, frías y casi intolerables. Todo es cuestión de paciencia. Cuando resistes por la fe de ir conociendo es cuando te maravillas. Suelen ser cálidas y fieles con esas personas que estuvieron ahí a pesar de su mal comportamiento; suelen ser magníficos hombros en que llorar, grandes consejeros, mejores amigos.
La gente suele sorprendernos. Tan frecuentemente creemos saberlo todo de los amigos, pero eso es lo mejor de la vida, volver a conocerlos, sea para bien, sea para mal. Los amigos son eso que nos extienden la fe en las personas, nunca sabes quien se volverá un amigo, nunca sabes que amigo se irá de tu lado.
Somos humanos, nacemos solos, morimos solos, pero eso no significa que andaremos solos, la compañía siempre es grata, la compañía nos mejora, y sí elegimos con cuidado, se vuelve parte de nuestra vida.
¡¡¡Seamos la vida.!!!
A MIS AMIGOS.
domingo, 15 de enero de 2012
Me gustas
"I'll find someone like you"
ME GUSTAS: Una frase, dos palabras, ocho letras. Se vuelve tan silencioso intentar decirlas. Cuando imaginas que ya no quieres más, cuando intentas que no suceda otra vez. Y realmente no pasa de esa forma.
Cuando dejas ir a una persona, encuentras el alivio que desesperadamente en ese dolor suplicabas pero no tienes en cuenta que pueden suceder otras cosas.
Ahora lo sé. Me gustas. Tu sonrisa es tan cálida que me permite soñar. Tus brazos son tan fuertes que me siento protegida. Tu sola presencia cambia el mundo. El calor de tus sentimientos escondidos me da fe.
Esas personas que nos gustan no siempre nos van a corresponder. No lo lamento. No vas a obligar a alguien a quererte. Verles feliz es todo lo que buscas, sea contigo o no. Pero no las alejas, porque tenerlas a tu lado significa apoyar y ayudar en cuanto lo necesiten, sea bueno o malo.
Escribimos acerca del amor y de su dolor, de como nos traicionan, de como nos mienten, de como nos aman inmensamente; pero pocas veces hablamos de esto, de esas personas que nos alegran el alma después del caótico dolor. Puedes pensar que te gustan porque te han ayudado con ese momento desconocido, muchas veces sucede así, otras veces no. Que bueno es saber que lo segundo sucedió. Doy gracias por que estés aquí.
Me gustas y eso significa que en un futuro dejaras de gustarme para fijarme en otra persona. Me gustas y eso me hace feliz. Me gustas y me alegra saber que también te gusto. Y no importa como empiece esta historia. Por el momento nos gustamos.
Dame ese beso que toca mi corazón.
ME GUSTAS: Una frase, dos palabras, ocho letras. Se vuelve tan silencioso intentar decirlas. Cuando imaginas que ya no quieres más, cuando intentas que no suceda otra vez. Y realmente no pasa de esa forma.
Cuando dejas ir a una persona, encuentras el alivio que desesperadamente en ese dolor suplicabas pero no tienes en cuenta que pueden suceder otras cosas.
Ahora lo sé. Me gustas. Tu sonrisa es tan cálida que me permite soñar. Tus brazos son tan fuertes que me siento protegida. Tu sola presencia cambia el mundo. El calor de tus sentimientos escondidos me da fe.
Esas personas que nos gustan no siempre nos van a corresponder. No lo lamento. No vas a obligar a alguien a quererte. Verles feliz es todo lo que buscas, sea contigo o no. Pero no las alejas, porque tenerlas a tu lado significa apoyar y ayudar en cuanto lo necesiten, sea bueno o malo.
Escribimos acerca del amor y de su dolor, de como nos traicionan, de como nos mienten, de como nos aman inmensamente; pero pocas veces hablamos de esto, de esas personas que nos alegran el alma después del caótico dolor. Puedes pensar que te gustan porque te han ayudado con ese momento desconocido, muchas veces sucede así, otras veces no. Que bueno es saber que lo segundo sucedió. Doy gracias por que estés aquí.
Me gustas y eso significa que en un futuro dejaras de gustarme para fijarme en otra persona. Me gustas y eso me hace feliz. Me gustas y me alegra saber que también te gusto. Y no importa como empiece esta historia. Por el momento nos gustamos.
Dame ese beso que toca mi corazón.
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